En esta nota, publicada en la edición Nº 13 de la revista del Foro E-Ecuménico Social, Gustavo Grobocopatel reflexiona sobre los desafíos del tiempo actual y las principales cuestiones para las que deberán prepararse las generaciones futuras, como la convergencia tecnológica, la valoración de lo específico en un mundo globalizado y la sabiduría para construir y discernir en un mundo con información en cataratas.
“El sistema económico que dio soporte político, ideológico y tecnológico a la Revolución Industrial, y que permitió el aumento exponencial de los estándares de vida occidentales fue el Capitalismo. En el tema de la producción de alimentos el progreso fue enorme”, afirma Grobocopatel.
“El principal combustible para acelerar el progreso del mundo es la acumulación de conocimiento. Los frenos son la falta de imaginación o los vetos sociales al desarrollo de actividades innovadoras”.
Si bien destaca que todavía “tenemos muchas cuestiones pendientes” y que “aunque ha demostrado sus virtudes, el capitalismo también ha producido daños”, desde su punto de vista se trata, más bien, de una falta del mismo: “El capitalismo no puede funcionar bien sin un Estado de calidad, sin un buen desempeño de los mercados o sin competencia, o con trabajadores y empresarios que no adapten a las transformaciones que los tiempos requieren. Si estas cuestiones no están presentes, este pre-capitalismo muestra lo peor: aumento de la desigualdad, pobreza, falta de felicidad, falta de integración, injusticias”, finaliza.
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