Esta nota surge de un documento elaborado en forma conjunta por Gustavo Grobocopatel, Fernando Chino Navarro y Enrique Palmeyro con el objetivo de pensar y construir una “cultura del encuentro” en Argentina a través de acuerdos políticos profundos, flexibilidad, audacia y prudencia, dejando de lado los prejuicios y reconstruyendo un “Nosotros”.
PUBLICADA EL 28 DE ABRIL DE 2021 EN PORTAL TRANQUERA
En la nota, publicada a pocos meses de que hubiera sido declarada la pandemia mundial por Covid-19, los autores reflexionan que “para Argentina puede ser la oportunidad de dar vuelta la hoja a décadas de crecimiento de la pobreza y exclusión o puede significar un aceleramiento de ese mismo proceso”.
Según los autores “Todas las organizaciones deberán tener una agenda diferente en los tiempos que vienen y repensarse a partir de las oportunidades que dan la tecnología y las transformaciones culturales. Sea cual sea la evaluación del capitalismo, hay que incentivar la competencia, una mayor participación de los usuarios y, por supuesto, un Estado inteligente para poner límites a los monopolios”.
Hasta hoy predomina en el mundo un capitalismo, que si bien trajo beneficios, dejó enormes pasivos, pero no hay que tomarlo como algo inmodificable. El ser humano se ha organizado de diversos modos a lo largo de la historia. Podemos reorientarnos hacia modalidades organizativas que pongan las necesidades humanas en el centro, al mismo tiempo que incentivan el esfuerzo, el despliegue del sentido de la vida, de manera acorde con cada cultura.
“Mirando específicamente a nuestra querida Argentina, está claro que necesitamos crecer sostenidamente. Tenemos desde hace décadas problemas estructurales que no nos permiten crear riqueza, y en esto, tristemente, somos una de las pocas excepciones globales. Algunos dirán que se debe a los excesivos impuestos no permiten reinvertir, otros que son víctimas de los shocks permanentes, o se atribuya el problema a la falta de seguridad jurídica que llevó a los que tienen la posibilidad de ahorrar a poner el equivalente a un PBI fuera del país, o a los sistemas globales de comercio que ponen barreras a nuestros productos y a otras calamidades».
«Seguramente hay un poco de todo en esto, pero el resultado puede resumirse como una falta de eficiencia que impacta en el logro de los objetivos comunitarios y personales. Hay que ponerse a caminar en esta agenda. El largo plazo es urgente”, destacan.
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