PUBLICADA EL 12 DE ABRIL DE 2019 EN LA NACIÓN
Emprendedores y empresarios son actores necesarios en la toma de decisiones de innovación y progreso. Gustavo Grobocopatel indaga sobre el impacto que generan estos roles y sobre cómo la organización puede generar un cambio positivo.
En esta nota, “Impulsar el desarrollo sostenible en tiempos turbulentos” publicada en abril de 2019 por el diario La Nación se reproduce el discurso completo pronunciado por Gustavo Grobocopatel al recibir el Premio Bustillo, otorgado por la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. A continuación se citan algunas de sus principales reflexiones.
El desarrollo emprendedor
Grobocopatel observa: «He visto y protagonizado, con miles de emprendedores del campo, desarrollos que marcaron estos tiempos y crearon nuevas oportunidades: la siembra directa, la biotecnología, las nuevas organizaciones empresariales y sectoriales, los renovados vínculos entre el campo y la ciudad, el campo y la industria, hasta llegar a lo que llamamos ecosistemas sustentables».
Creo que combatir la pobreza y el hambre es más fácil de lo que parece. No es un tema de recursos, ni de tecnología, ni de dinero que financie, es un problema de la falta de organización.
Gustavo grobocopatel
El rol del empresario es tan útil como necesario
Agrega: «He abrazado el conocimiento como forma de desarrollo y libertad, por eso tengo una parte fuerte de pensamiento científico y me gusta respaldarme en los desarrollos académicos. No hay acción que se sostenga sin conceptos que la respalden y no hay conceptos que sirvan si no están basados en las experiencias que los generen».
Luego, añade: «No hay sistema de liderazgo en la sociedad que pueda prescindir de los empresarios. Es necesario que participen del debate público, que corran riesgos, que estimulen a emprender, que vean lo positivo y que ayuden a crear una sociedad de la esperanza».
La organización en todos los sectores
Por último, cierra: «Persigo desde hace unos años el sueño de transferir nuestra experiencia, conocimientos y entusiasmo a todas las regiones agrícolas del mundo. Creo que combatir la pobreza y el hambre es más fácil de lo que parece. No es un tema de recursos, ni de tecnología, ni de dinero que financie, es un problema de la falta de organización. Por ello gran parte de mi vida la dediqué a explorar las fronteras en el diseño de las organizaciones».
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