Un viaje a África despierta la curiosidad y ganas de aprender sobre una cultura en desarrollo. Este es el itinerario de Gustavo Grobocopatel.
En este Diario de viaje, con destino a África en el año 2018, Gustavo Grobocopatel, Margarita y Rosendo recorren Cote d’Ivoire y Ghana. Su misión fue conocer y aprender sobre la cultura africana. Este itinerario íntimo propone reflejar sus reflexiones, vivencias y observaciones culturales en diferentes regiones del mundo.
El recorrido: Cote d’Ivoire como inicio
El comienzo del viaje sucede en Cote d’Ivoire, Grobocopatel reflexiona: «Es un país castigado por guerras internas y extracciones diversas, la autoestima es baja. No hay grandes sitios turísticos que visitar, las rutas pueden ser un caos —nos tomó 6 hs hacer 200 km—, la infraestructura para los visitantes no siempre es amable, y los riesgos de contraer enfermedades siempre están latentes».
Cultura y poder
Luego, agrega: «La expectativa de los de aquí es tener una casa propia y un auto. Desde hace algunos años ven como sus vecinos o parientes que van a Europa vuelven más ricos y creen que con ir a Europa también lo lograrán».
Además, comenta que: «Las tierras tienen dueños, el jefe de la comunidad sabe de quien es cada parte y en muchos casos un contrato no formal lo certifica. Estos derechos son reconocidos por el estado».
Lo más llamativo es a nivel socioeconómico, ya que la vida transcurre en el mercado. Cuenta que: «Cada pueblo, más grande o más chico, tiene un espacio donde ocurren múltiples transacciones. Los pobladores de las áreas rurales suelen caminar con sus productos por horas y esperan en el mercado hasta vender la totalidad de sus mercancías, pueden ser varios días».
Los proveedores del oro
Sobre las minas africanas, añade que: «En el territorio Ashanti, y más precisamente cerca de su capital, Kumasi, están las principales minas de oro del país y de África. Su importancia continúa hasta estos días. El rey Ashanti es considerado más poderoso que el presidente de la nación y es recibido en todo el mundo como un verdadero monarca».
Luego, llega a Ghana donde descubre que: «Al cruzar la frontera, se percibe un orden diferente y también mayor riqueza. Ghana es proveedor importante de oro desde hace más de 400 años. Si bien las extracciones del mismo , especialmente en manos de los británicos desde el siglo XIX, luego de la guerra con los Ashantis, fueron importantes, el desarrollo comenzó a sentirse a partir de 1985 cuando comenzó un período democrático ininterrumpido a pesar de la inestabilidad institucional de la región».
En las profundidades del planeta, donde habitan los más pobres, la humanidad sangra y padece pero también brilla con la esperanza de un mejor porvenir.
gustavo grobocopatel
La disolución de fronteras: Messi
Lo interesante es cómo reconocen a los argentinos, sobre estos cuenta que: «Para entrar a la aldea de los Senoufos hay que pasar varios controles policiales. Estuvimos cerca del límite con Mali donde hay una guerra interna con Boko Haram. Hay controles propios de la comunidad, menos formales, donde la conversación era posible. Nuestro guía les explicaba que eramos de Argentina, la tierra de Messi. Entonces las caras brillaban y las barreras desaparecían. Lo mismo ocurría en otras circunstancias donde se repetía “la contraseña”».
Libertad como idea de desarrollo
Por último, suma que: «El camino al desarrollo debería hacerse con las herramientas de una modernidad de frontera y la consideración protagónica de las culturas locales. Los gobiernos, organismos multilaterales, empresarios y líderes sociales deben innovar colectivamente para llegar rápido y bien. La ausencia de estas ideas tienen el riesgo de configurar nuevas formas de colonialismo y esclavitud. La libertad es elegir y, antes de ello, tener las capacidades para poder hacerlo».
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